Como prevenir la migraña

tratamiento para la migrana

Al menos un 85% de los pacientes con cefalea recurren a dichos tratamientos y un 60% de ellos los perciben como beneficiosos. Desde preparados botánicos hasta tratamientos físicos o mentales, el paciente puede elegir entre una amplia gama de posibilidades.

Considerando la modificación dietética como un tratamiento -si ésta se introduce en pacientes que no reconocen ningún alimento como factor desencadenante de su cefalea– estos tratamientos se pueden agrupar en cuatro categorías: dietéticos, ñsicos, magnéticos y mentales.

Modificaciones dietéticas, vitaminas, hierbas y preparados botánicos

Las hipótesis que fundamentan este tipo de recomendaciones defienden que el desequilibrio nutritivo desencadenado partir del exceso o déficit de vitaminas, glucosa o toxinas, e incluso una hipotética alergia alimentaria, están en el origen de la enfermedad.
No existe ninguna evidencia de que cualquiera de estas hipótesis sea causa de las cefaleas primarias. Sin embargo, muchos expertos están de acuerdo en que los pacientes con cefalea se benefician de una dieta regular y equilibrada y la recomiendan aunque el paciente no establezca un cIaro vínculo entre un alimento y su cefalea.

La dieta convencional para la migraña prescinde de sustancias como la tiramina (quesos), los nitratos/nitritos (salchichas), el chocolate y los edulcorantes artificiales. Ya se ha comentado previamente el papel de los alimentos, los aditivos, los conservantes y las bebidas alcohólicas como factores desencadenantes de la migraña.

Lo que si parece claro es que el migrañoso debe evitar el ayuno prolongado, seguir una dieta regular en los horarios establecidos y evitar las comidas excesivamente copiosas o presumiblemente pesadas.

Las vitaminas y productos que mediante estudios científicos han mostrado que pueden ser beneficiosas para los pacientes con cefaleas son:

Vitamina B2: Riboflavina. La dosis recomendada es de 400 miligramos al día. El efecto se alcanza a los 3 meses. Al tratarse de un compuesto no nocivo y potencialmente efectivo, puede ser interesante su uso. La lógica de esta indicación entronca con la hipótesis de que en la migraña existe una reducción del estado energético. Asimismo, por tratarse de un producto hidrosoluble no debe preocuparnos su posible acumulación, dado que su posible exceso se elimina fácilmente por la orina.

Magnesio: una ingesta de 500 miligramos al día es un tratamiento preventivo eficaz para reducir el número de ataques de migraña. El único efecto secundario que puede aparecer son las diarreas. La razón de su uso es que el magnesio está disminuido en la sangre e intracelularmente en los casos de migraña.

Además, el estrés da lugar a una disminución de los niveles de magnesio, hecho que podría explicar que muchas crisis de migraña aparezcan en los momentos de más estrés o en la fase de relajación que sigue a un periodo de estrés.

Coenzima Q: ha demostrado eficacia como tratamiento preventivo a dosis de 150 miligramos al día, sin presentar ningún efecto secundario. A pesar de ello, es preciso efectuar estudios comparativos con placebo para poder asegurar que es un tratamiento válido.

Sin embargo, es importante tener también en cuenta que las vitaminas y los preparados derivados de la botánica pueden ser dañinos, especialmente en dosis excesivas. Su potencial reactivo como coenzimas y agentes reductores es difícil de identificar en la mayoría de ocasiones.

El objetivo específico de las hierbas y preparados botánicos no sólo es disminuir el dolor, sino también relajar y equilibrar el organismo. Los tratamientos que se han recomendado para ayudar a controlar las crisis de migraña son:

Inhalación de vapores de melissa, hierbabuena y manzanilla. La aromaterapia no parece tan alejada de las cefaleas, sobre todo si se considera que los olores pueden actuar como desencadenantes de las crisis de migraña.

Masaje con lavanda, anís y eucaliptus.

Baños calientes con eucaliptus, hierbabuena o menta.

Compresas con hierbabuena, jengibre y vinagre, calientes o frías, aplicadas en diferentes partes del cuerpo, como muñecas, pies o frente.

Las Infusiones de tanacetum parthenlum (feverfew, matricaria, tanaceto o manzanilla amarga) se han utilizado para el tratamiento de la cefalea y otros tipos de dolor. Es el único remedio a partir de hierbas que se ha sometido a varios ensayos clínicos. Se trata de un preparado relativamente seguro, con pocos o ningún efecto secundario.

Su mecanismo de acción se desconoce, pero se vincula a su contenido en partenolide, al que se reconocen propiedades farmacológicas muy diversas. El problema para valorar su eficacia radica en la dificultad de su dosificación, por la presencia variable de sus principios activos en relación con la maduración de la planta.

En la cultura anglosajona, el uso del feverfew o tanaceto para el tratamiento del dolor de cabeza, y específicamente de la migraña está muy difundido.

Su consumo puede ser mediante la infusión de sus hojas secas y recientemente se ha comercializado como extracto de la planta en comprimidos. La dosis recomendada es de 25 miligramos.

 

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